Luz más cara para el que gaste más

Ya es oficial. A partir del próximo martes, la luz será más cara. La subida media recogida en la orden de la que el viernes informó el Ministerio de Industria al Consejo de Ministros es de sobra conocida, del 5,6%. Pero para la inmensa mayoría de los clientes de baja tensión (22,1 millones), domésticos incluidos, será del 9,4%, según un informe publicado el viernes por la Comisión Nacional de la Energía (CNE).
Ese es el incremento medio (que se une al 3,3% de enero pasado), pero el impacto en cada cliente dependerá de sus hábitos de consumo, perfil familiar y tarifa contratada. A modo de ejemplo, Industria difundió el viernes dos posibles escenarios: para un hogar con una (mínima) potencia contratada de 2,2 kilovatios (Kw), la luz podría bajar un 16% o ser incluso gratis (si apenas consume), gracias a la nueva tarifa social. Ésta beneficiará a 3,3 millones de clientes, según la CNE, y no a 4,5 millones, como dice Industria.
La otra hipótesis, algo más acorde con la realidad de un hogar español (4,4 Kw contratados), prevé una subida del 4,3%, a razón de 125 Kw hora al mes, el consumo medio, según Industria. Otras estimaciones sitúan esa media en el doble: 250 Kwh al mes. En ese caso, la subida es del 8%.
Quien tenga en casa horno y aire acondicionado y acostumbre a utilizarlos a la vez (lo que exige contratar al menos 5,5 Kw), es muy posible que tenga que rascarse todavía más el bolsillo. La CNE calcula una subida media del 11% para quien contrate entre 5 y 10 Kw, superior al 8% que cifró Industria.
En síntesis, el regulador estima que, en el mercado doméstico, habrá desde bajadas del 8% (para quienes apenas gasten luz) hasta subidas del 22% (para quienes consuman a partir de 550 Kwh al mes).
Lo que está claro es que, para tratar de incentivar el ahorro, quien más consuma más pagará: con las nuevas tarifas, la penalización a partir de 500 Kwh al mes (antes el recargo se aplicaba a partir de 550 Kwh) sube un 105%, según la CNE, que considera que el nuevo sistema es “discutible”, porque los umbrales de consumo diseñados “no han sido motivados convenientemente”.
El ministerio confía en que esta subida (la última de este año, asegura) sirva para atajar el llamado déficit de tarifa (diferencia entre ingresos y costes de las eléctricas). Con el precio de la electricidad todavía muy por debajo de la media de UE, previsiblemente, la luz seguirá encareciéndose en los próximos años, sobre todo, con la liberalización de tarifas que debería estar en vigor en enero, aunque puede retrasarse.